Lo que prometía ser una idea genial, un mosquito "bueno" contra el dengue y luego sería contra la malaria y el mal de chagas, ha resultado ser una investigación científica deshonesta Aedes aegypti es su nombre verdadero, y no tan extraño, porque es originario de África aunque causa también estragos en América Latina, en las zonas subsaharianas y por dondequiera que pasa. La idea de transformar genéticamente al mosquito para que no transmita el dengue procedía de un laboratorio de Oxford. Parecía más que posible y brillante, pero cuando se habían echado las campanas al vuelo del éxito y los ambientes médicos del mundo lo celebraban, nuevos informes tres días después truncaron las esperanzas. El sueño se volvió pesadilla.
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